Ads 468x60px

jueves, 10 de mayo de 2012

Proyecto Maternidad Comprometida. Día 9. Yo


Ansiosa, impaciente, casacarrabias, alegre. De un humor tan ácido como un limón Yo siempre digo que soy una Doña Florinda porque creo que soy más que parecida.
Nací y fui criada en una familia en donde las manifestaciones de amor no existían. Nada de abrazos, ni besos, ni felicitaciones por algún logro. No se hablaba de algunas cosas como de todo lo que sucedía en el país con la Dictadura Militar. Las botas traían orden y eso estaba bien y aquel que era llevado preso o secuestrado era porque “algo habría hecho”. Así de chiquito era el interés por todo aquel que luchaba por la libertad de un pueblo y la injusticia sufrida por muchos. En ese ostracismo vivíamos mi hermano y yo, y la verdad es que mucha gente no hablaba para afuera por miedo, por no interesarse en lo más mínimo .... ¿Eso era lo que quería para mi en un futuro? ¿Qué creciera, educara y viviera en el miedo? Que pena.
Tampoco se hablaba de sexo, era una palabra que no existía en su vocabulario, siquiera cuando llegó el momento de explicarme que era el periodo, relaciones, embarazo y métodos anticonceptivos.
Sabiendo que no se habían cumplido con todas esas cosas mi madre se espantó cuando quedé embarazada siendo soltera -y eso que tenía ya 21 años, trabajaba y podía tener buenos cuidados médicos- y al grito de ¿Qué van a decir los vecinos? Me pidió que me fuera de casa y eso no es nada a lo que sugirió antes.
Grave error el mío al pensar que casándome con el que era el padre de mi bebé no estaría tan sola. Tres años después desapareció y hoy día estoy lidiando con un divorcio larguísmo.
Fui una niña introvertida, pero los golpes que a uno le da la vida te forman carácter. Dicen que lo que no te mata, te fortalece y así fue. Ocho años sola con mis hijas y peleándola día a día para salir adelante.
En 2005 conozco a Maty y después de un corto noviazgo formamos pareja, nos vamos de la casa de mi abuela donde había vivido ocho años y uno con Maty. Nos mudamos de provincia a la capital y yo dejo de trabajar para dedicarme por completo a mis hijas. En 2007 buscamos a Germán para dicha de las chicas que tanto querían un hermanito. A los cinco meses de embarazo nos enteramos que es un niño, que felicidad. Juntos, los cuatro elegimos el nombre, pero al poco tiempo esta felicidad se opaca con el fallecimiento súbito de mi segunda hija a sus diez añitos nada más.
Seguimos luchando y fui saliendo adelante gracias a todo el apoyo y amor que tuve de Maty. Que les puedo decir, que además de ser un poco gruñón es una persona maravillosa y sin él no se si hubiera podido recuperarme y estar tan bien como lo estoy hoy en día.
Con la llegada de Germán puedo vivir la maternidad de una manera maravillosa, como no pude con mis hijas. Él, día a día, se ocupa de darme alegría, amor y hacerme reír con sus ocurrencias.
Hoy puedo decir que soy feliz, que amo a mi familia y que valió la pena luchar a brazo partido aún cuando sentía que ya no tenía más fuerzas.
Esta es mi vida. Esta soy yo.



Los 10 días de Maternidad comprometida está organizado por Soy Mamá Blog y cuenta con la destacada colaboración de mamás blogueras. Sigue nuestro proyecto en Facebook, Pinterest, and Twitter. Y, por supuesto, cada foto de la participante te lleva a su blog o cuenta de Twitter, en donde encontrarás su forma de vivir la #maternidadcomprometida

4 comentarios:

Viviana dijo...

al lado de una botella de vino, no podes piba NO PODES!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ajjajajaj

Anónimo dijo...

Nancy! que historia! eres un gran mujer y por supuesto una gran madre! me haz sacado las lagrimas! tienes un angelito en el cielos y otros a tu lado que seguro te llenan la vida de felicidad! que gusto conocerte! un abrazo!

Unknown dijo...

Hermosa gracias por compartirnos un poco mas de ti. Cuanta fortaleza!!! Dios te bendiga siempre a ti y tu hermosa familia... te mando un beso y un abrazo

Ana Laura De Romero dijo...

Estás en el momento que miras atrás diciendo valió la pena mi esfuerzo, cuando tienes quien te recompense y se esfuerse por ti y contigo... que supongo nada sana el dolor de perder una hija, pero que el dolor es llevadero sabiendo que no estás sola
Un abrazo =)