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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Miércoles mudo - Planeta Germán

Planeta Germán. 
Así le llamé a este libro de dibujos y cuentos que armé para entregar a los compañerios del jardín de infantes el día que festejemos allí el cumple nro. 5. 


3, 2, 1...Cuenta regresiva.

¡¡¡Se acerca, ya llega!!!. ¿Cómo y cuándo pasó tan rápido el tiempo?. Mi bodoquito de carne sonriente ya cumple 5 añitos. Como es tradición en el jardín de infantes donde asiste, cada cumpleaños del niño los padres deben ir a festejar con su hijo y compañeritos. La primera parte del festejo consta de llenarse la panza con algunas cosas ricas que se llevan para compartir y algo a modo de torta de cumpleaños y que se le pueda enclavar la tan ansiada vela a soplar. Aclaro lo de "algo a modo de" porque tal vez no en todas partes sea como aquí. Resulta que por ley de nuestro "querido" jefe de gobierno no se nos está permitido llevar nada que no está perfectamente envasado y que se abra allí mismo. ¿Lo posiivo? no, se. Tanta gente se ha intoxicado con cosas envasadas y con fecha de vencimiento que eso no es garantía de nada, solo saber que algún día y con viento a favor ganarás un juicio contra la empresa que no cumplió con las normas bromatología. Igual Germán, es la criatura adorada por cualquier odontólogo y odiado por los kioskeros del mundo. No come caramelos, ni paletas, chocolates, tortas o cualquier cosa dulce que ande dando vueltas en el mercado de golosinas. Él es solo fiel a sus galletitas Formis, sin maíz, en cualquiera de las formas en que se pueda presentar (almidón, fécula o jarabe de maíz). Volviendo al tema, la segunda parte del festejo queda entera y totalmente en manos de los señores padres con toda su creatividad, inspiración y la ayuda de algún santo, si este se apiada de ellos. Los padres que cuentan con alguna habilidad o dote natural como el canto, tocar algún instrumento o por dedicarse a la actuación circense o a la enseñana de la expresión corporal lo tendrán más fácil pero para aquellos que no cantamos ni en la ducha, no tocamos afinada siquiera la pandereta y el único movimiento corporal que hacemos es mover la lengua para el chisme a la entrada del colegio está un poquito difícil. Apelaremos entonces a todo nuestro conocimiento científico y les daremos a estas criaturas una clase de astronomía con maqueta del sistema solar y todo, habiendo leido un cuento anteriormente con relación a esto para ir metiéndolos en tema. Como en casa no tenía material de ninguna clase y por la web estaba difícil el tema de encontrar cuentos aproveché para darme un gusto, una visita a la librería más hermosa de Buenos Aires y sin lugar a dudas de todo Latinoamérica, El Ateneo Grand Splendid. Ésta merece un post aparte que ya le haré para que aquellos que no tienen la posibilidad de visitarla tengan una pequeña idea de la belleza de esta librería. Bueno, listo. Ya tengo el material bibliográfico y el cuento. Las pelotitas de telgopor, el alambre y los acrílicos, a trabajar entonces.



En 7 días Dios creo al mundo y en... 2 días yo tengo que crear un sistema solar. Ja, ¿imposible? ¡ya lo veremos!

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Miércoles mudo - Hoy leemos: Sapo de otro pozo


Alguna vez ¿se sintieron así?

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Miércoles mudo - Yo quiero



Imágen desde: Imágenes vintage

martes, 4 de septiembre de 2012

Pa... ¿Me lees un cuento?

Desde pequeños tanto Maty como yo fuimos gustosos por la lectura. Cada uno con su particular gusto, Maty la ciencia ficción y yo las novelas policiales. También hemos leído clásicos de la literatura infantil y juvenil, de los que guardamos muy buenos recuerdos y algún día trataremos de incentivar a nuestro hijo para que los lea. En estos momentos recuerdo a Heidi (Juana Spyri), Mujercitas, La vuelta al mundo en ochenta días (Julio Verne), Elige tu propia aventura de Editorial Atlántida, Sissi la emperatríz, Corazón, y muchísmas historietas como Tribilín, Condorito, El Pato Donald y sus sobrinos, Tío Rico, McPato, Patoruzú y las correrías de Isidoro Cañones, sin mencionar a los infatiles que creo lei a la mayoría. Cuando Germán cumplía sus 7 meses de vida le comprábamos su primer libro en la Feria del Libro de Buenos Aires y, a partir de allí, su biblioteca se fue agrandando, al igual que su gusto por la lectura. Hoy día el espacio dedicado a él en la biblioteca nos queda chico y tenemos que ampliarlo. Con el comienzo del jardín de niños su gusto por la lectura se hizo aún mayor. En esto tienen mucho que ver sus maestras que son lectoras voraces y transmiten todo su amor por los libros y la lectura a los pequeños y ávidos oyentes. El jardín también dedica un espacio para fomentar desde pequeños lo que es el cuidado de los libros, la responsabilidad para devolverlos en tiempo y forma, el intercambio de ideas y apreciaciones al finalizar la lectura grupal cuando cada lunes se abren las puertas de la biblioteca, donde una mamá bibliotecaria leerá o narrará alguna historia, cuento o poesía acorde a la edad del grupo. Al término de esto, cada niño elegirá un libro y le será completada la ficha. Pero por si todo lo anterior no fuera suficiente, hay una persona que todas la noches dedica un momento especial a la lectura: papá Maty. Cada noche cuando llega la hora de dormir Germán elige uno de sus libros y dice en vos alta: Pa ¿me lees un cuento? Todos los meses me hago una visita al sector infantil de algunas de las grandes librerías, me surto de 2 o 3 libros nuevos y de esta forma sigo ayudando a fomentar este hermoso hábito que es la lectura.




"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora". (Proverbio hindú) 

Imágen desde | 4to40.com