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miércoles, 7 de julio de 2010

Valores: La sinceridad

Por estos días la sinceridad es un don o valor bastante tergiversado. No siempre se la usa de forma correcta y actualmente los correctos ejemplos que le llegan de esta a nuestros hijos son escasos.

sinceridad.
(Del lat. sincerĭtas, -ātis).
1. f. Sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento.



La sinceridad es un concepto que implica una conducta que guarde lógica con los principios que profesa.
Por ejemplo, una mujer que boga en contra del maltrato animal luego luzca un tapado de piel original.

Otro mal ejemplo de sinceridad se da en los programas de chimentos del espectáculo, donde aduciendo sinceridad quieren justificar la falta de respeto que cometen mediante insultos o bajezas hacia otra persona. Sinceridad no tiene porque ser igual a grosero, envidioso, metiche o lo que impulse a alguien a opinar gratuitmente de otro provocándole un daño.
¿Qué padre alguna vez ante un llamado telefónico de alguien con quien no desea hablar o la presencia de un vendedor a nuestra puerta no le ha pedido a su hijo que lo negara?
Cuando descubrimos que nuestros hijos nos mienten sufrimos una gran decepción, pero ojo, los hijos sufren de igual manera cuando descubren que sus padres los engañan.
Es importante como padres que logremos que nuestros hijos nos sean sinceros, pero esto pasará si nosotros predicamos con el ejemplo. Recordemos entonces cuando suene el teléfono no decirle al chico “Si es tu abuela decile que me estoy bañando”
Obviamente hay que enseñarles a ser sinceros pero no groseros.

¿Qué pasa con la historia de Papá Noel y los Reyes? Los niños piensan que por su buen comportamiento estos personajes les traerán regalos. ¿Qué pasa con el Hombre de la Bolsa, el Cuco o cualquier ser imaginario del que los padres hacen uso para que sus niños obedezcan y se comporten?
Todos estos no son ejemplos de sinceridad, año tras año engañamos a nuestros hijos con estos seres para lograr nuestros propósitos.
En los niños pequeños no está formado del todo su juicio de valores hasta aproximadamente los 6 años e inculcándoles el hábito de la mentira estamos poniendo en riesgo la formación adecuada de este.
Si a un niños le decimos que los bebés vienen de París, un repollo o lo trae la cigueña, así lo creerá.
¿Y el Ratón Pérez? No hay niño que no espere a la mañana siguiente encontrar dinero bajo su almohada de parte del Ratón Pérez a cambio de su diente caído.
Para los niños cada cosa dicha por sus padres será palabra santa y tomada al pie de la letra.
También es inadmisible usar frases como “lavate la cabeza o te van a comer los piojos”, para lograr que los pequeños mugrientos se bañen.
Si tenemos que llevar a nuestro hijo al médico, aplicar una vacuna u afrontar una cirugía, jamás pero jamás debemos mentirles diciéndoles que nada les dolerá. Siempre se les debe explicar cual o cuales serán los procedimientos a realizar y que ustedes estarán siempre a su lado.
Cuando mi hija tenía unos 6 o 7 añitos me preguntó si debería operarse nuevamente. Me senté a conversar con ella y le dije que si debía operarse nuevamente pero que era por el bien de su salud, para poder seguir jugando con sus amiguitos. Llegado el momento ella no sería sorprendida por la noticia y el momento traumático de una internación, médicos y medicina por doquier.

Hace poco me encontraba mirando la TV y a mis espaldas oigo que alguien andaba metiendo mano a mi portacosméticos. Giro la cabeza al mismo tiempo que algo resuena en el piso. Veo que el explorador cosmetólogo es Germán que al momento de preguntar qué está haciendo toma inmediatamente lo del piso y lo esconde detrás de su espalda al grito de “NADA”.
En ese instante se encendió en mi una lucecita que me alertó de inmediato. ¿Qué está pasando acá? ¿Mi hijo de 2 años, y un poco más de medio me mintió, descaradamente en la cara?
Así como repetirá reiteradas veces esa palabrota por la cual lo reprendemos, también negará hacer cualquier cosa. Es una forma de estudiar hasta dónde le resulta bien, como decimos algunos, de ver hasta dónde puede tirar la cuerda sin que se corte.
Los padres tendrán que estar atentos para que estas actitudes no pasen a mayores y se hagan habitué en el niño.

Al niño hay que enseñarle a ser sincero y reconocer sus errores, sin exasperarnos y con todo el amor que tenemos por y para ellos.

Si confiesa, se le tratará paternalmente y no se le humillará de ninguna manera; pero un castigo normal sí se le debe imponer.Si se obceca en negar, será preciso, sin aires de victoria, sino, al contrario, con acento muy natural, exponerle las pruebas que se tienen de su culpabilidad y pedirle que las refute. No podrá, puesto que es culpable, y se le demostrará que no es tan fácil engañar a sus padres.No se le llamará embustero; eso lo afianzaría en su defecto. Se considerará su falta como accidental.Si un niño abusa de la confianza que se le ha otorgado, debe decírselo con pena que se está obligado a retirársela durante un tiempo determinado, prometiéndole devolvérsela al cabo de un espacio de tiempo si ha mostrado perfecta franqueza.G. Courtois, "El arte de educar a los niños de hoy" - Sector Matemática



Sinceridad absoluta? from Nancy Souza on Vimeo.



Nuestro chiquito estaba todo congestionado cuando grabamos el videito así que voy a trancribir lo que él nos cuenta por si no le llegan a comprender.

-Hola, me llamo Germán y me porto mal y tengo 2 años.





4 comentarios:

Viviana dijo...

ay mi amor!!!! que sincero!!!

me hizo recordar a esas reuniones de AA cuando dicen "soy fulano de tal y soy alcoholico" ejejejjej

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Un día se lo dije como una gracia y él comenzó a repetirlo sin parar.

También dice "Hola me llamo Germán y uso Clear Men", jajaja, como Cristiano Ronaldo.

Florencia dijo...

Es muy comprador je je

Todavía sigo pensando que hacer con lo de Papa Noel. Me acuerdo que cuando me entere la verdad me sentí desilusionada por la mentira, pero por otro lado también me gusta la tradición... No se.. todavía mi bebe es muy chico así que tengo un tiempo para seguir meditándolo
Saludos!!

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Flor:

Muchas mamás hacemos eso mientras nuestros niños son pequeños porque como decís vos, venimos con esa tradición sobre nuestras espaldas desde muchísimos años atrás.
Muchas veces pasa que cuando decidimos contarles a nuestros hijos la verdad sobre Papá Noel, los Reyes y demás personajes, nos encontramos con la oposición de familiares. También tenemos que tomar recaudos por si hay otros niños en la familia. Es todo un tema este, porque de una simple cuestión se puede armar un lio familiar igualito a una guerra civil.