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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Las mujeres perfectas


El siguiente texto contiene pensamientos retrógrados y lenguaje subversivo.

Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo. Especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero.
Prepárate: retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabellos. Hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo quizá necesita de un poco de ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo.
Durante los días más fríos deberías preparar y encender un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a él. Después de todo, preocuparse por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa.
Minimiza cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador. Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle. Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos. Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar, o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y estrés, y sus necesidades reales. Haz que se sienta a gusto, que repose en un sillón cómodo, o que se acueste en la recámara. Ten preparada una bebida fría o caliente para él. No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones su juicio o integridad. Recuerda que es el amo de la casa.
Anima a tu marido a poner en práctica sus aficiones e intereses y sírvele de apoyo sin ser excesivamente insistente. Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres. Al final de la tarde, limpia la casa para que esté limpia de nuevo en la mañana. Prevé las necesidades que tendrá a la hora del desayuno. El desayuno es vital para tu marido si debe enfrentarse al mundo interior con talante positivo.
Una vez que ambos os hayáis retirado a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño. Recuerda que debes tener un aspecto inmejorable a la hora de ir a la cama... si debes aplicarte crema facial o rulos para el cabello, espera hasta que él esté dormido, ya que eso podría resultar chocante para un hombre a últimas horas de la noche. En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido te sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de la mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes. Es probable que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello. Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Ésto te permitirá tener lista una taza de té para cuando despierte.
Extractos de la Falange Española y de la JONS - "Economía doméstica para bachillerato y magisterio". Sección Femenina, 1958.

En la actualidad se sigue discutiendo la originalidad del documento anterior, pero más importante que eso es que realmente así se educaba a las jóvenes mujeres de la época.

En la década del veinte comienza en Europa y en Estados Unidos, la enseñanza de la Economía doméstica dirigida a las jóvenes que cursaban sus estudios secundarios y como carrera profesional en algunas universidades.
Un buen ejemplo se ve en “La sonrisa de Mona Lisa” con Julia Roberts, es un película ambientada en los 50 (postguerra), una especie de La sociedad de los poetas muertos, en versión femenina. La historia se desarrolla en la Universidad Femenina de Wellesey , en Nueva Inglaterra, a la cual asisten las jóvenes más brillantes del país. En esta institución las exigencias académicas eran rigurosas, pero el premio mayor para cualquier joven de la época era el anillo de compromiso y el casamiento su único propósito.

En todo el proceso educativo se podía ver como las profesoras enseñaban a las a las alumnas como servir el té, preparar una cena para el jefe de sus maridos, como organizar una fiesta y demás quehaceres domésticos al mismo nivel que la Nasa lo hace con sus astronautas para vivir en una base espacial. Hoy ¿quién necesita esto?
Nosotras tenemos a Mister Músculo y Utilísima Satelital.

Pero esto no quedaba solamente en la educación, también en la publicidad de la época se podía ver las diferencias y roles sociales del hombre y la mujer.

La mujer en la publicidad de los años 50 y 60. Perfectas e impolutas

Estos fueron años en donde la publicidad fue una sucesión de anuncios machistas y ultrajantes para la mujer. Ejemplo de esto…

Estos es lo que podía pasar si el café no estaba fresco…



Esposo: mira este anuncio detenidamente. Elige lo que la mujer quiere. Comprarlo. Antes de que empiece a llorar.
(acaso estos mamotretos cocinan solo y limpian toda la cocina?)



¿Cómo limpiar manchas difíciles de pisos?



Igualitas a Cenicienta, pero con mucho más glamour.



La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular –o disimular- no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse. La dependencia voluntaria, la ofrenda de todos los minutos, de todos los deseos y las ilusiones, es el estado más hermoso, porque es la absorción de todos los malos gérmenes –vanidad, egoísmo, frivolidades- por el amor. (Medina, revista de la Sección Femenina, 13 de agosto de 1944)














A esto le llamo clase. Lavar, cocinar, en fin, hacer todas las tareas domésticas sobre esos tacones enfundadas en sus hermosos vestidos entallados y con una sonrisa en la cara. Si estas mujeres vieran mis fachas cuando yo hago mis quehaceres, ni hablar de la cara de los hombres.



A través de toda la vida, la misión de la mujer es servir. Cuando Dios hizo el primer hombre, pensó: “No es bueno que el hombre esté solo”. Y formó a la mujer, para su ayuda y compañía, y para que sirviera de madre. La primera idea de Dios fue “el hombre”. Pensó en la mujer después, como un complemento necesario, esto es, como algo útil. (Sección Femenina Formación Político-Social, primer curso de Bachillerato, 1962)
Unidas en el sentimiento ardiente de servicio a la Patria... y al marido.


Por mucho tiempo se han pisoteado los derechos de la mujer, sólo nos hizo falta ver un par de avisos publicitarios para darnos cuenta. Lamentablemente con el correr de los años la imagen de esta no mejoró y pasamos de ser unas sometidas del baño, la cocina, los esposos, el lavado y la plancha, y en donde solo servíamos para sacar arrugas de camisa, fregar, cocinar y elegir el mejor producto de limpieza con aroma a moco de bebé, corrida en el campo y vaya a saber una cuantas más fragancias inventarán, a ser un duro y bien formado trasero para vender un jean, unos pechos bien turgentes para vender un auto con sistema de airbags y ¿quéeeeee?
¿Qué se vende acá? A ver, voy a utilizar mi imaginación e ingenio deductivo basándome en lo que veo.
Veo una mujer desnuda con un celular en la mano. A juzgar por lo que más se ve y lo que menos se ve, diría que se está vendiendo una mujer...desnuda, pero como tiene un teléfono en la mano debe ser, una Hot Line o un servicio de acompañantes. Perooo.... uf, falló mi ingenio deductivo, era una publicidad de celulares. ¿Quién lo diría? Y... lo dicen algunas mentes creativas, los publicistas. Tienen tan poca creatividad, imaginación y originalidad que deben recurrir al sexo y la denigración femenina para poder vender un producto.
Pero este tema lo voy a tratar en otra ocasión porque es muy extenso y aunque tiene que ver con el trato de la mujer no es el tema principal de esta ocasión.




Para los publicistas el sexo
vende y mientras eso suceda,
no dejarán de explotar
y hacer uso del cuerpo
femenino.


Bueno las voy dejando porque en unas horas llega mi maridito y todavía tengo que matar el pavo, rellenarlo y meterlo al horno. Luego tengo que acicalarme y ponerme la crema pa´las patas de gallo. Maquillarme, amordazar a Germán y encerrar a Karen en su habitación, recuerden que había que minimizar cualquier ruido. Preparar su baño de espuma y el Martini para relajarse. Ah, y no tengo que olvidarme de esas cositas que puede necesitar para las.... prácticas inusuales.
Huy, que tarde se me hizo. Bye, niñas.

Imágenes y información:
Plan59
De todo como en botica





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13 comentarios:

Viviana dijo...

Lei el primer parrafo y ya me enojé... pero cuando llegue al

"Si tu marido te sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de la mujer."

Hasta mi hija escucho una palabrota...

En fin, se me hace bajisimo que una mujer se tuviera q someter asi... lo bueno es q ya pasó esa epoca!!!!!

Me encanto la redaccion, como siempre: impecable

Matute dijo...

Vos amore sabés perfectamente mi opinión de todo esto, como defiendo el derecho de igualdad de géneros y como considero especialmente a las mujeres que día a día laburan, están con sus hijos y "soportan" las pavadas de hombres que no saben lo que es un clip.
Eso sí, el heladito te toca ir a comprarlo a vos ;-)

Te amo
Matute

PD: Como dijo un prócer del cine nacional
QUE SE YO LO QUE ES UN ROPERO

Vane dijo...

juas!

Menos mal que nací en esta época sino me quedo solterona de una!!!!


Pobres minas che!

Nancy como extrañaba estos informes!!!! que bueno que volviste!!!!!!
Y las fotos del cumple de Karen... me las perdí?

educavent dijo...

Hola, que gusto volver a leerte.

Un tremendo artículo sin duda.

Yo me veo en la situación actual.

Mi mujer trabaja en un banco y llega bastante tarde. Por el contrario, mi trabajo es independiente y puedo administrar mi tiempo. ¿El resultado?... pueden ustedes adivinar quien hace el aseo. De hecho, me toca el aseo diario y el lavado de ropa. Además del niño cuando tengo tiempo. Cuando no, nos ayuda con él mi cuñada. Mi mujer vé el planchado y cocina.

La sociedad va evolucionando y el rol femenino también, lo cual es de agradecer en favor de sus derechos como persona. No obstante, aún queda mucho camino que recorrer, y solucionar muchas injusticias, especialmente en el mundo oriental. Me permito al respecto conpartir un twitter, cuyo enlace es indignante.

" En el dia del trabajador social, un video para reflexionar. Las mujeres violadas y maltratadas en el islam Espeluznante http://bit.ly/HVz5Z "

La dirección corta nos lleva a un post que contiene un video que nos hace reflexionar acerca del papel de la mujer en otras culturas.

Un abrazo

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Vivi:
Muchas gracias por tus palabras.
Es cierto a mi me pasó y me seguirá pasando lo de exasperarme cada vez que lea esa aberración.

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Matute:
Hola amore, mi editor estrella y hoy debutando en los comentarios.
No tengo nada que decir de vos, sos un excelente compañero, un esposo amoroso y que todos los día me dice cuanto me ama. Creo que hay pocos padres como vos, siempre te levantaste por las noches si Germán lloraba, cuando le daba la teta de madrugada, vos estabas ahí, esperando por hacerle el provechito. Nunca se te cayeron los anillos por dar una mano con la casa, la cocina o los chicos.
Y ojo, no le echen el ojo porque es todito mio.

Ah, les cuento que fui por el heladito ;)

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Para aquellas que no sepan de que se trata la cita de Matute les cuento que es de la película del Cine Nacional Argentino "Esperando la carroza".
Veré si puedo conseguir el texto de lo que dice Maty, para que se rian un poco más.

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Como no sube de una sola vez porque se excede de carateres lo haré en dos partes:

(Parte 1 del Primer acto)
ESPERANDO LA CARROZA
Parte I: CASA DE JORGE. LLORA UNA BEBÉ.

JORGE: (en Off) ¡Susana!
SUSANA: No puedo dejar la mayonesa. ¿Querés que se corte? (Aparece Mamá Cora con su aire “ido” como si flotara)
MAMA CORA: La nena tiene hambre. Le voy a preparar la mamadera.
JORGE: (viniendo con el bebé en brazos) Hace media hora que tomó la última.
MAMA CORA: Entonces debe dolerle la panza. Le voy a preparar una aguita de arroz.
SUSANA: (molesta) No le dé nada, Mamá Cora. Métanle el chupete en la boca y déjenla tranquila. (Jorge pasea a la beba)
MAMA CORA: Pero Susana, si le pongo el chupete lo escupe. Para mí que es tu leche. Has estado muy nerviosa últimamente.
SUSANA: ¡Ideas suyas! ¿Dónde me ve nerviosa? (A Jorge) Fíjate si se ensució.
Acá no lo aclara, pero cuando Susana dice: ¿Dónde me ve nerviosa? Ella está totlamente transtornada.
JORGE: (fijándose) Se ensució.
SUSANA: Entonces cámbiale el pañal.
JORGE: Susana, sabes que no sé.
MAMA CORA: Yo la cambio.
SUSANA ¡No! Deje, Mamá Cora, voy yo. (Sale con la beba)
MAMA CORA: ¡Gran ciencia! ¡Cambiar un pañal! (Hacia adentro) ¿En qué puedo ayudarte, Susana?
SUSANA: (Off) En nada. No me ayude en nada. ¿Por qué no lee el diario tranquila?
JORGE: (yendo hacia dentro) Susana, deja que te ayude. Haces que se sienta inútil.
SUSANA: (Off) Prefiero que se quede tranquila.
MAMA CORA: (Mirando la mayonesa) ¡Ya sé, le ayudaré con los flancitos! (Saca leche, se la echa mientras revuelve) “no haga eso”, “no haga aquello” Como si yo nunca hubiera tenido una casa. Como si yo nunca hubiera cambiado un chico. Voy a meter estos flancitos a los moldes y al horno. (Va a la cocina con el recipiente.)
JORGE: Mamá Cora, ¿vio el alfiler de gancho?... ¡Bah!
SUSANA: (Off) ¡Jorge! ¡El alfiler!
JORGE: No lo encuentro. Veni a buscarlo vos.
SUSANA: Mirá debajo del sillón.
JORGE: Debajo del sillón, ¿de cuál sillón?
SUSANA: (Entrando) De este sillón. (Sacando una marraqueta) ¿Me querés explicar qué hace este pan debajo del sillón?
JORGE: Pero, por qué me preguntas...

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

(Parte 2 del Primer acto)

SUSANA: Como la matamos de hambre esconde comida hasta debajo de la almohada (Saliendo).
JORGE: (Saliendo tras ella) Susana, deja que te ayude. Deja que se sienta útil.
SUSANA: (Entrando con la beba) No quiero que me ayude. (Suspira cansada) Bueno, tesoro, a dormir hasta la próxima mamadera, ¿me oyó? (A Jorge) ¿La acostamos en el cochecito?
JORGE: ¿Me estás preguntando a mí?
SUSANA: Mis otros maridos no están en este momento. ¿A quién querés que le pregunte?
JORGE: ¡Y yo qué sé!
SUSANA: Arregla el asientito.
JORGE: Pero Susana, si sabes que no sé.
SUSANA: No puedo acomodar el asiento y tener a la niña en brazos al mismo tiempo.
JORGE: (hace los arreglos y descubre una empanada a medio comer) ¡Una empanada! ¡La niña tiene ocho meses y ya come empanadas!
SUSANA: ¡No seas estúpido! Esa empanada fue la que sobró anoche. Con razón que no la encontraba. A mí se me está acabando la paciencia.
MAMA CORA: (Apareciendo) ¿Se durmió?
SUSANA: Todavía no, pero está más calmada. (Acuesta la bebé en el coche) Jorge, llévala al cuarto y cierra la persiana. (Jorge se lleva el cochecito. Susana busca y rebusca sobre la mesa) ¡Qué raro! ¿No ha visto la fuente honda?
MAMA CORA: ¿Cuál?
SUSANA La que dejé aquí. La fuente donde estaba haciendo la mayonesa.
MAMA CORA: ¿Eso era una mayonesa?
SUSANA: No, era cazuela. Ocho huevos tenía esa mayonesa y casi un litro de aceite.
MAMA CORA: Yo creí...
SUSANA: ¡Qué creyó!
MAMA CORA No parecía mayonesa.
SUSANA: ¡Qué hizo con mí mayonesa!
MAMA CORA: Flancitos de chocolate. (Susana corre a la cocina) Vos hablaste de flancitos anoche. (Aparece Jorge) Vos la oíste, Jorge. ¿Iba o no iba a hacer flancitos? (Susana regresa)
SUSANA: (dramáticamente) Ocho huevos, litros de aceite, litros de leche, sal, mostaza y seguramente kilos de azúcar para tirar a la basura.
JORGE: ¿Qué querés decir?
SUSANA: Quiero decir que tu mamacita me ha hecho perder la mayonesa.
JORGE: Mamá, ¿Por qué hiciste eso?
MAMA CORA: Es que, Jorge... No tenía cara de mayonesa.
JORGE: ¿Por qué no preguntaste? No hagas nada sin preguntar primero. (Susana se saca el delantal, lo arroja al suelo y sale de la casa. Jorge siguiéndola) ¿A dónde vas? ¿Susana? ¡Para!.
MAMA CORA: No tenía cara de mayonesa.

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Vane:
Me quedo más tranquila, porque hasta ahora la que siempre esta en la luna de Valencia era yo, pero veo que ahorita te tengo de compañera.
jajajaja ya subí fotos en el blog y expliqué en su momento porque no había mucha fotografía.

Pero como soy buena te lo voy a contar. Resulta que ese día hubo un temporal muy fuerte y las chicas llegaban chorreando agua y maquillaje...más que agua. Por esto no pudimos sacar muchas fotos porque la gente pasaba directo al baño a secarse y para cuando estaban listos hicimos servir la comidita para que entren en calor.
Otro tema es que cuando uno lo hace en su casa tiene todo el tiempo y está más tranqui, obvio servis vos, lavas vos, limpias vos y eso es lo que nosotros no queríamos, por eso lo hicimos fuera, pero claro, el mozo te vive persigueindo para ver cuando sirve y tenés ciertos horarios para comer y quelos chicos cumplan con todas las actividades antes que los vengan a buscar. Tomé fotos del momento de las velitas y subi en Facebook el video de ese momento.
Ahora tenés la libertad de llamarme boluda, porque fui una boluda con mayúsculas. No tengo ninguna foto de ese día con Karen y Germán, no le saqué fotos a los chicos con algunos de los tios y bue, si sigo haciendo memoria me hago un arakiri.

Con respecto a tu soletría de haber nacido en aquellas épocas, tal vez si y tal vez no. Yo había pensado lo mismo, pero recordá que eran las costumbres de la época y así eran educadas desde pequeñas y que lo más importante era conseguir un buen partido, era la única meta de una mujer. Tenían el cerebro lavado, porque claro, era la mejor manera de tener el control.

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Educavent: Muchas gracias por pasar y fuertísimo el video. No tuve coraje par ver el resto del material que hay en la página. Realmente me da mucha bronca, iray deseperación por estas mujeres. Aunque pienso y pienso no se me ocurre de que forma podríamos ayudar desde nuestros lugares ¿Hay algo por hacer?
Verdaderamente me dejó mucha angustia. Cuanta injusticia y siempre en nombre de Dios, Alá, Yavé, jehová o como quieran llamarlo. ¿Dónde está él? ¿Por qué permite estas injusticias a mujeres inocentes?

Beto dijo...

¿que tiene de malo?

Anónimo dijo...

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