Este mes de Junio no lo empezamos con el pie derecho. Perdimos a una tía muy querida, se cumplió el aniversario de mi angelito y encima Germán se pescó todas las pestes de estación. Pero parece que eso no era poco, también me robaron a plena luz del día y en una de las esquinas más transitadas de esta capital, Santa Fe y Pueyrredón. Llevaba a Germán a un control con su pediatra y esperando el semáforo para cruzar me abrieron la mochila y sacaron la billetra. Es cuando nos vamos a registrar en el consultorio que me doy cuenta que me faltaba la billetera donde no solo tenía mi DNI sino también todas las credenciales de la prepaga. Es lamentable que uno ya no pueda circular por la calle con tranquilidad. Estas lacras te condicionan y te llevan a comportarte de una manera esquizofrénica. En todos lados ves caras sospechosas y actitudes sospechosas. No importa que es lo que lleves, siempre se las ingenian. Si usas mochila te apretujan en una esquina y te roban, entonces ¿usamos cartera? Que me dicen de las mujeres que terminaron muertas porque les arrancaron su cartera desde un tren en movimiento. ¡No podemos usar nada! Mochila atrás, te roban. Cartera al costado, te arrancan o cortan. Mochila adelante o cartera cruzada, seguramente terminarás arrastrada por una moto, debajo de un colectivo, tren o auto. Hay veces en las que pienso si habrán estado mejor con la Ley del Talión o el Código de Hammurabi, donde si robabas te cortaban la mano con la que habías perpetrado el robo.
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