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martes, 12 de agosto de 2008

Hazle caso a tus instintos

Uno no sabe lo que es hasta que le toca vivirlo. La gente oye hablar de reflujo y lo asocia con simples regurgitaciones o vómitos en los bebés. Pero no es tan simple, detrás del REG (Reflujo Gastroesofágico) hay muchísimos más síntomas y en algunos casos hasta dolor.
A los dos meses Germán comenzó con pequeños vómitos después de la toma de mamadera, pero además, no tomaba las cantidades habituales para su edad. Otra cosa que notamos era que estaba con mocosidad todo el tiempo y mucha salivación, como cuando los bebés comienzan con la dentición.
La doctora dijo que podía ser Reflujo, porque nosotros le preguntamos directamente por esta enfermedad por conocer los síntomas, ya que nuestra sobrinita de cuatro años lo padece. En ese momento nos dijo de hacer un estudio de nombre Ph-metría para estar seguros, pero me negué porque era un estudio invasivo y se podía optar por otro, un estudio radiológico llamado Seriada esófagoduodenal.
En la Seriada salió que no había Reflujo. Pero las molestias estaban, por lo que se optó por una medicación para aliviar los malestares, que podía ser acidez.
Germán comenzó a tomar Taural y cambiamos a una leche antireflujo porque las otras le sentaban muy mal. Si a los seis meses no había mejoría con el Taural y la Nan AR iba entonces a acceder a realizar la Ph-metría.
Llegado el momento empezamos a quitarle gradualmente la leche antireflujo y el Taural. Todo iba perfecto hasta que a los siete meses hizo varios broncoespasmos. A los ocho meses volvieron los broncoespasmos, cayó internado por una bronquiolítis y luego vino la gastroenterítis. A partir de ahí fueron disminuyendo las proporciones de leche que tomaba, dejaba la mitad de las mamaderas de solo 150 ml. y practicamente no dormía dos horas seguidas tanto de noche como de día. Lloraba muchísimo y estaba irritado todo el tiempo. Fueron dos meses de ir y venir a la pediatra y no tener una respuesta concreta. Un día volvemos a caer en la guardia y otra vez una bronquiolítis y detrás la gastroenterítis. Pero algo me alertó a pensar que había algo más detrás de todas estas enfermedades que empezaban a repetirse, y no solo eso, Germán ya no era el nene alegre y juguetón, era más bien un bebé irritable, llorón, pero el llanto era de dolor.
Después de llevar dos meses así y de que en la guardia, una doctora con muy mala leche nos tratara de idiotas y desquiciados por llevar varias veces a nuestro hijo por ahí, me decidí a tomar las riendas del asunto y seguir a mis instintos. Quiero aclarar que las veces que fuimos a la guardia se pueden contar con los dedos de la mano y de cada visita nos veníamos con un diagnóstico de algo concreto y una lista de jarabes, suspensiones o aerosoles bronquiales. Pero descuide doctora que ni bien sepa su nombre le dedico un post a usted solita.
Pero volviendo al tema, a mi se me había metido en la cabeza que Germán tenía algún problema gastrico porque terminaba sus mamaderas -si las terminaba- a duras penas y comenzaba a eructar y a sufrir de cólicos.
Que en estos tiempos escasean los gastroenterólogos infantiles es seguro. Me daban turnos para dentro de mes y medio o dos. Fue ahí que me decidí por llamar a la Fundación Hospitalaria a pesar de la lejanía. Y les digo: no me arrepiento. El Dr. Emiliani nos recibió y atendió de una manera increíble. Nos respeto escuchándonos como padres preocupados por su hijo y con Germán fue muy delicado. Su diagnostico fue Reflujo Gastroesofágico, y que nuestro chiquito estaba sufriendo muchísimo, por eso tanto llanto, irritabilidad y falta de descando. Le recetó Taural y le mandó hacer una Ph-metría.
El martes 19 de Agosto lo internan y le practican este estudio y a partir de ahí, esperar los resultados y ver que medidas se toman.
Se que con esto vamos a tener una solución pero me está volviendo loca la idea de que mi chiquito tenga que pasar por este mal momento. A ningún padre le gusta que a su hijo le metan nada por la nariz por más delgado que sea. No creo que a Germán le agrade mucho, más allá de los comentarios que he leído de que nos es tan molesto.
Aquí les cuento un poco de que se trata esto del Reflujo y de las medidas que se tienen que tomar.

¿Qué es el Reflujo gastroesofágico?
Se denomina reflujo gastroesofágico al pasaje de alimentos y jugos gástricos desde el estómago al esófago, pudiéndose observar a veces en la boca o a través del vómito.
Al reflujo hay que diferenciarlo de la regurgitación normal de alimentos que es sólo el pasaje de alimentos sin jugos gástricos y que suele deberse a que el niño comió de más, sin ninguna implicancia patológica.



¿Cómo se produce?
En la parte inferior del esófago se encuentra el esfinter esofágico inferior; éste es un músculo que actúa como una llave de paso que cuando llega el alimento al estómago, se cierra y no deja que el bolo alimenticio ascienda hacia el esófago y/o cavidad bucal.
Lo que ocurre es que en los niños menores de 1 año y principalmente en los menores de 6 meses, este músculo no está del todo maduro y por lo tanto no se puede cerrar el paso a los alimentos totalmente, motivo por el cual es frecuente que todos los niños tengan cierto grado de reflujo y más aún si solo se alimenta de leche, que como todo líquido, tiende a subir más fácil. Al introducir las papillas, sumado a que el estómago empieza a crecer y que el niño se puede poner en una posición más erguida, este reflujo comienza a desaperecer.
Solo los reflujos que le producen al niño algún problema se deben tratar.



¿Cómo se manifiesta?
El vómito puede ser el único indicador de reflujo o estar acompañado por otros síntomas. No es un vómito donde el niño se queda tranquilo, generalmente va acompañado de llanto (por la acidez de los jugos gástricos).
También el niño puede expresar gestos de desagrado, gran producción de saliva, dificultad de conciliar el sueño tranquilo, descenso o estancamiento en el peso (ya que comen menos por miedo a sentir la acidez estomacal).
En los niños menores de 6 meses puede provocar apneas (interrupción de la respiración) y/o broncoespasmos.


¿Cómo se diagnostica?
Estudio radiológico: Seriada esófagoduodenal con contraste. Permite valorar toda la anatomía desde el esófago hasta el duodeno y descartar alteraciones anatómicas.
Estudio de Ph-metría de esófago: una vez descartada la causa anatómica, se solicita una Ph-metría monitoriada de 24 hs. que consiste en la introducción de un delgado electrodo tipo "tallarín" a travésdel esófago. De esta manera se mide el grado de acidez del reflujo. También se mide la frecuencia de los reflujos y de esta manera se determina si es patológico o no y si necesita tratamiento.
Polisomnografía: es un estudio que se realiza en niños que además se los síntomas de reflujo tienen apneas. Se realiza durante el sueño del niño.

¿Qué hacer?
El tratamiento del reflujo consta de tres aspectos fundamentales: la alimentación, la postura del niño y el medicamentoso.
Con respecto a la alimentación, el niño deberá recibir la comida adecuada par asu edad pero de manera fraccionada, es decir pequeñas porciones o volúmenes de leche a intervalos m´s seguidos. A partir del quinto mes se puede espesar la leche, ya sea de materna o de fórmula, con algún cereal precocido y a partir de los6 meses comenzar con las papillas.

Cuidados posturales: No movilizar mucho al niño luego de su alimentación si es propenso al vómito, como así también mantenerlo erguido luego de que coma par aque el aire seacumule en la parte superior del estómago. Elevar el colchón de la cuna entre 30 y 40 grados en la cabecera y en el cochecito si se trata de un niño que permanece en él bastante tiempo del día.

Aspecto medicamentoso: Si después de poner en práctica los consejos antes descriptos y no se evidencia ninguna mejoría, se debería recurrir a los medicamentos.
Siempre el tratamiento medicamentoso es a partir de los 6 meses, ya que como explicamos, hasta esta edad, puede ser por una inmadurez del esfínter y tal vez se resuelva sola. Si el niño presenta apneas es indicación de tratamiento medicamentoso independientemente de la edad.
Hay medicación que refuerza el esfínter esofágico inferior, es decir, que ayudan a cerrar la válvula impidiendo el pasaje del alimento y jugos gástricos hacia el esófago y ayudando a que el estómago se vacíe más rápido. También hay otro tipo de medicamentos que inhiben la secreción ácida del estómago (antiácidos)

¿Cuándo se recomienda la cirugía?
Hay un 10% de niños con reflujo patológico que no responden a los medicamentos anteriores y deben recurrir a la cirugía. Actualmente se utiliza la laparoscopía, un procedimiento mínimament invasivo, con pocos riesgos para los niñosy mejor recuperación.

El estudio de un paciente con reflujo se establece a partir de la sospecha clínica, es importante tener en cuenta que el reflujo no solo es sinónimo de vómito, sino que hay una serie de síntomas que lo acompañan o no, tales como rumiación, halitosis, otitis crónica, cuadros bronquiales a repetición, sueños interrumpidos por la noche, alteraciones de conducta, dolor abdominal recurrente.

Complicaciones

Esofagítis: Se produce por la acción de los ácidos gástricos en el esófago.

Afecciones respiratorias: (sinusítis, bronquítis, neumonía, entre otras) Cuando parte del reflujo pasa por las vías respiratorias.

Laringítis: La laringe se irrita por el contacto con ácidos gástricos.

Otitis: El reflujo produce alteraciones del ritmo respiratorio, las que a su vez, alteran la ventilación normal de los conductos que unen a la nariz y la laringe con el tímpano. Ello puede derivar en una infección.

Deficiencias de peso y talla: La devolución de alimentos hace que el niño tenga carencias nutritivas, las que se manifiestan en desnutrición y en algunos casos, retardo del crecimiento.


Fuentes consultadas:

1-www.planetamama.com.ar
2-www.tuotromedico.com
3-www.paideianet.com.ar
4-www.pediatraldia.cl
5-Fundación Hospitalaria
Revista "La Fundación" Nro. 19, año 2007
www.fh.org.ar
6-www.epgpatientdirect.org


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2 comentarios:

Viviana dijo...

que pena tener q confiar en nuestros insitintos y no en los "profesionales"...

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Así es Vivi, nuestros instintos deberíamos reservarlos para otras cuestiones y como mucho usar el instinto para decidir cuando consultar con un profesional o cuando no.