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jueves, 29 de enero de 2009

Paseo en familia (Parte 2) : Puerto Madero



Puerto Madero es uno de los 48 barrios en los que se divide legalmente la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Su ubicación cercana a la zona céntrica de la ciudad, lo extenso de su área y su vista al río hacen de este barrio uno de los más exclusivos de Buenos Aires. El barrio debe su nombre a Eduardo Madero, comerciante de la ciudad que presentó tres proyectos de puerto, el último de los cuales fue aprobado por el entonces Presidente de la Nación Julio Argentino Roca en 1882. Desde su fundación la ciudad de Buenos Aires había tenido problemas para que los grandes barcos pudieran descargar lo que transportaban en sus orillas. La escasa profundidad del río hacía que los navíos no pudieran acercarse demasiado a la costa, debiendo permanecer lejos de ella y descargar sus pasajeros y mercaderías en grandes carretones o en lanchas. En 1882 el gobierno nacional contrató al comerciante Eduardo Madero para que se encargara de la construcción de un nuevo puerto desechando la propuesta del Ingeniero Huergo, quizás la más adecuada para la ciudad en ese entonces. Sin embargo el país deseaba dar una imagen de modernidad y el proyecto de Madero, con diques, exclusas y puentes giratorios, ciertamente lograba este objetivo.La construcción se inició en 1887 y finalizó completamente en 1897. O sea, tardaron 10 años en solucionar el problema, se invirtieron importantes cantidades de dinero en su edificación, y fue totalmente inútil debido al aumento del tamaño de los buques. Diez años después de terminado el puerto, este quedó obsoleto y hubo que recurrir a la idea de Huergo, en su momento desechada por no ser espectacular como la de Madero, pero que un siglo después sigue funcionando. Por eso siempre digo: “no todo lo que brilla es oro”. Pero claro, la zona de Puerto Madero quedó totalmente en una situación de abandono total y sin ningún uso más que el de depósito. A raíz de esto es que nace otro de los chanchuyos de nuestro gobierno de turno y ve la luz una sociedad anónima llamada "Corporación Antiguo Puerto Madero". Así es como tras una serie de negocios y prácticas políticas non santas resurge Puerto Madero pero como un sitio exclusivo, un lugar para pocos. Para muchos una gran piscina donde lavar el dinero que viene de otros negocios también non santos.Se crearon parques y plazas, se instalaron monumentos y se restauró la infraestructura histórica existente, como la Costanera Sur. Se abrieron numerosas calles y avenidas con nombres de mujeres latinoamericanas de reconocida trayectoria. Para muchos una ofensa, ya que, estas mujeres no se merecen ser tapadera de esos negociados. En muchos casos ellas dieron su vida por la patria, por nosotros, aunque no compartieramos la misma época, gracias a sus actos hoy disfrutamos de sus logros y esta gente las utilizó para poner un manto de piedad sobre todo lo hecho para que su sueño de un pedazo mínimo de suelo argentino fuera como el país soñado por el presidente de ese momento. Alguno se preguntó alguna vez ¿hay alguna calle de Capital Federal con nombre de mujer? Yo me tomé el trabajo de contarlas, de 2137 calles, sólo 27 son con nombre de mujer, salvo que a la calle Caperucita también se la cuente como mujer, tendríamos 28. Tan sólo 31.000 metros si sumamos la extensión de cada una, 310 cuadras. Eso si la calle Azurduy que figura se refiere a Juana Azurduy, sino tendríamos 26. Incluso podríamos aportar 4 calles más pero parece que algo abran hecho porque las han degradado, ni siquiera tuvieron el privilegio de tener numeración, en guía sólo figuran como s/n (sin número). Y no contemos las de Puerto Madero, porque la idea es demostrar que antes de este no nos tenían en cuenta. En Azucena Villaflor y Juana Manso se halla el Monumento a Juan Manuel Fangio, escultura en bronce de 3 toneladas, que lo muestra junto al Flecha de Plata: un Mercedes Benz de carrera modelo W196. El barrio es una zona intensamente visitada por turistas. Alberga tres hoteles de cinco estrellas, el Buenos Aires Hilton, el Faena Hotel y el Sofitel Madero.


Donde las calles tienen nombre de mujer

Para donde y por donde se mire hay un edificio en construcción

Monumento a Juan Manuel Fangio


Puente de la Mujer


El Puente de la Mujer se trata de una obra pensada por el empresario Alberto González, quien fue miembro del Grupo Madero y donó el dinero para su construcción. González se la encargó al arquitecto e ingeniero español Santiago Calatrava Valls. Fue fabricado por la empresa Urssa en la ciudad de Vitoria, en el País Vasco, debido a que el acero con el que se lo construyó no se fabrica en la Argentina.
El diseño es una síntesis de la imágen de una pareja bailando tango.

Puente de la Mujer


Parque Micaela Bastidas


Recorriendo la rambla descubrimos de la mano de enfrente un hermoso parque, con mucho verde, bancos para descansar y unas escalinatas que nos invitaban a conocerlo. Este parque cuenta con 2500 árboles y 40.000 plantas de todo tipo. También posee barrancas que no son naturales sino que están sostenidas por murallones de piedra (granito de Olavarría, colocadas una por una en canastos de alambre por obreros especialmente traídos desde la provincia de Catamarca, habituados a trabajar con piedras en obras viales). El nuevo parque está ubicado entre los boulevares Azucena Villaflor y Rosario Vera Peñaloza, prolongaciones de la avenida Belgrano y la calle Estados Unidos. Para los arquitectos que lo proyectaron, la construcción de las barrancas tiene razones puramente estéticas, un capricho diría yo sabiendo que sólo lo hicieron argumentando que “Los mejores parques de Buenos Aires están construidos en barrancas, orientadas hacia el norte o el este”. Además de este parque también se encuentran el Parque Mujeres Argentinas y las plazas Virginia Volten y Raquel Forner. Por lo que he leído el parque también cuenta con una plaza para niños, la Plaza del Huerto con 3.700 rosales de cinco colores diferentes y la Plaza del Sol con reposeras de madera orientados hacia el sol. Esto no lo he visto. Pero debe ser digno de disfrutarlo, en otro momento y con más tiempo quizás. Algo que me llamó poderosamente la atención, algo novedoso, son sillas en círculo, como para tomar mate en rueda, buenísimo. De esto si hicimos uso. Dentro de mis conocimientos florísticos pude reconocer árboles como álamos, jacarandás y platanos tal vez. Ah, también vi ceibos y palos borracho. Por las escaleras y rampas se tienen que ir esquivando a los chicos en skate que se deslizan desde la parte superior sin siquiera mirar si hay gente. También hay libustros copiosos, para donde uno mira el color verde es el rey del lugar, una verdadera belleza. Pero donde se construyó el parque habían crecido árboles de más de 50 años y cualquiera, no digo un genio, pero cualquier persona con un poco de chispa hubiese utilizado esos enormes árboles para dar sombra. Claro, dije con un poco de chispa, pero parece que a alguno se le mojó la mecha, porque sacaron esos árboles para poner los nuevos y obvio, habrá que esperar que crezcan lo suficiente como para dar sombra. Está claro, ¿cómo la gente de Puerto Madero iba a querer árboles usados?, de ninguna manera, había que estrenar árboles.




En el Parque Micaela Bastidas no todo es verde, si levantas la cabeza seguro te topas con una mole de cemento

Acá nos pueden ver descansando -más bien reventados de tanto caminar- en las sillas especialmente ubicadas en forma circular para tomar mate en ronda.


Tranvía


El Tranvía del Este es un sistema de tranvía ubicado en el barrio de Puerto Madero de Ciudad de Buenos Aires. Circula en forma paralela a la Avenida Alicia Moreau de Justo, entre las avenidas Independencia y Córdoba, sobre una vía de trocha media montada paralelamente a la vía de cargas de trocha ancha que ocupan esa franja. Planes para su extensión incluyen las terminales ferroviarias de Retiro, Constitución y Buenos Aires.



No todo lo que brilla es oro


En los últimos años Puerto Madeo se transformó en uno de los lugares más lujosos de la ciudad de Buenos Aires. Un negocio millonario generado a través de la venta, concesión y arrendamiento de tierras públicas. Así fue que el Estado Nacional le transfirió a la Corporación Antiguo Puerto Madro S.A muelles, diques, canales y dársenas que sólo pueden ser trnasferidos o desafectados de la esfera pública a travéz de una ley del Congreso. Y en este caso la transferencia se hizo por la decisión del portador del apellido mufa.Nana Bevilaqua, defensora adjunta de la Ciudad de Buenos Aires, lleva varios meses trabajando en una presentación judicial en contra de la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A. Para poder hacer la cesión de las tierras, el Gobierno Nacional y la municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, presidida por Carlos Grosso, decretaron la creación de la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A. El ente fue ideado por Roberto Dromi, por entonces ministro de Obras y Servicios Públicos y mentor de las principales privatizaciones.En el decreto de su creación dice que “la sociedad tendrá por objeto planificar, proyectar y ejecutar la urbanización del área Antiguo Puerto Madero; pudiendo así mismo vender, conceder, permutar, arrendar, total o parcialmente los inmuebles incorporados a su propiedad”.De esta manera, aunque las tierras eran públicas, la Corporación tenía vía libre para disponer de ellas como si fueran privadas. Y según Bevilaqua, fueron vendidas a un precio mucho menor del que valían.Angel Oga, integrante de la coordinadora en Defensa de la Soberanía y Patrimonio Público, que reúne a más de 200 organizaciones no gubernamentales, asegura que si bien se hicieron negocios por más de 500 millones de dólares hoy, no se sabe qué pasó con ese dinero. “Desde el año 95 que no tienen balances presentados. Es decir, se desconoce el destino del dinero de todo lo que han vendido y todo lo que han privatizado”, cuenta Oga, poniendo de manifiesto los manejos fraudulentos de la Corporación. Pero la cesión de 150 hectáreas de tierras, que eran públicas, a manos privadas sin balances, no es lo único que preocupa.Si el avance inmobiliario prospera, la reserva ecológica podría sufrir un daño irreversible,cambiando los vientos, modificando lo que es toda la parte de la llegada de aves y pájaros. Antonio Elio Brailovsky, defensor adjunto de Buenos Aires, trabajó en la investigación que la Defensoría hizo sobre la Corporación Puerto Madero. Según Brailovsky, los estudios ambientales previos a la construcción de las torres “El Faro” los hizo el mismo grupo constructor. Y como era de esperar, los estudios indicaron que no iba a haber alteraciones en el medio ambiente.Pero además, para que los estudios ambientales los pueda hacer el mismo grupo constructor, la Legislatura porteña cambió la ley que regulaba el impacto ambiental. Para aprobar ese edificio y para aprobar la serie de torres proyectadas en Puerto Madero, modificaron especialmente la ley de evaluación de impacto ambiental de la ciudad de Buenos Aires, justamente para que no se hiciera el impacto ambiental de esa serie de Torres”, explica Antonio Elio Brailovsky. Una goyita esta gente.






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