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martes, 6 de noviembre de 2012

La ciencia ficción. El futuro en el pasado.

Teniendo que pasar unos días en reposo debí buscar de que manera pasar las horas lo más llevaderamente posible. Después de batir varios records en los jueguitos de mi teléfono móvil o el de Maty -cuando se encuentra en casa-, o leer algún mail, si tenía la suerte que a mi hija no le tocara llevarse la netbook al colegio, lo otro que me quedaba era mirar TV. No puedo creer la cantidad de series de ciencia ficción que hay ¿tanto gustan a la gente? Y ¿por qué este gusto por la ciencia ficción? ¿cuál es el enganche?




No existe una definición formal sobre este género y tampoco es mi intención entrar en detalle sobre ello. Incluso hay discusiones sobre cuándo apareció y cuál puede ser la primer obra de ciencia ficción escrita, por lo que voy a inclinarme más por estudiar los factores que hacen que la gente se sienta atraída poderosamente por este género literario. Mucho agua corrió bajo el puente desde aquel verano de 1816, cuando la narradora británica Mary Wollstonecraft Shelley tenía una pesadilla sobre la que escribió algunos capítulos de una novela. En 1818 publicaría la obra terminada la cual más adelante terminaría siendo un clásico. Esta sería nada más y nada menos que “Frankenstein”. No podemos negar que es ciencia ficción. Ayer y ahora. Aunque siguen existiendo científicos sin moral y ni ética, no se si alguien haya vuelto a repetir los experiementos realizados por Erasmus Darwin y Luigi Galvani, médicos y fisiólogos que experimentaron esto de la electricidad sobre cuerpos sin vida. Aterrador ¿verdad? Conversaciones escuchadas por dicha narradora sobre estos experimentos y los sueños que había tenido fueron la base de la inspiración para su obra literaria. También podríamos hablar sobre las obras de Julio Verne, un precursor para muchos, en la literatura de ciencia ficción. A quién se le ocurriría pensar que cuando escribió “Veinte mil leguas de viaje submarino” el Nautilus sería la descripción de los submarinos, o que en otra de sus obras adelantaría lo que sería el helicóptero. Posibles inventos o descubrimientos científicos futuros son justamente uno de los temas recurrentes del género. Basados en eso, Verne escribió ciencia ficción para su época. Obvio que hoy en día resultaría difícil calificarla bajo dicho género porque esa maquinaria extraña de la que hablaba en su obra ya está inventada y superada. Busquemos otros factores que siguen atrayendo hasta ahora y desde tiempos lejanos. Estos tópicos son aquellos que por el momento gozan del beneficio de “lo desconocido”. Ejemplo de ello son los temas de seres extraterrestres (Recuerdo como disfrutaba cada capítulo de V y Los expedientes secretos X); universos paralelos con alguna clase de vida desconocida, por supuesto; alguna efermedad con secuelas terribles como la mutación genética y que aún se desconoce su cura; viajes en el tiempo; futurismo; inteligencia artificial, o ser parte de una civilización oprimida y gobernada por robots o computadoras; o tal vez algo apocalítico para adentrarnos en lo drástico al extremo. Hoy por hoy son furor las novelas de ciencia ficción del estilo de Lost y Fringe en donde los universos paralelos o líneas temporales diferentes son el tema central. También están las de criaturas sobrenaturales como Supernatural y The Vampire Diaries, por citar algunas de las que hacen furor en estos momentos en este hemisferio. La literatura de ciencia ficción no es nada nuevo, pero donde ganó fuerza y nuevos adeptos es en la TV. Claro está que es por los efectos visuales, el maquillaje, la vestimenta y todo lo que lleva a lo visual, pero nada se acerca a la imaginación propia del ser humano, al leer sobre lo desconocido. Cuando vemos algo desde la pantalla es eso y nada más, todos veremos lo mismo, pero cuando se trata de lectura de lo desconocido no todos tendremos la misma abstracción sobre lo que estemos leyendo. Ahora adentrémonos en algo que no es un dato menor en la literatura de ciencia ficción, su vocabulario. Si no somos físicos nucleares o de nuestra pared no cuelga un título de algún doctorado en ciencias como la física cuántica, estamos fritos. En ese caso será mejor que tengamos a mano la PC porque créanme que van a necesitar del google. La teoría de las cuerdas, clonación, quantum, cyborgs, agujeros negros, nanotecnología, teletransportación y viajes interestelares son algunos de los términos o temas que leeremos en este tipo de literatura.

Volviendo a lo que atrae tanto a la gente sobre este género literario, notamos que la constante en los temas y el vocabulario, es por lo general, lo desconocido o avances tecnológicos tales que siempre el entorno o el contexto se da en un futuro muy lejano al actual o son ciudades futuristas. Pero esto lo vemos aquí y ahora, entonces, ¿podemos decir que es el futuro en el pasado? ¿Será esto lo que gusta tanto?

Por suerte aquí no sucede lo que en Fahrenheit 451, que cuenta la historia de un país en donde los bomberos tienen la misión de quemar los libros porque estaba prohíbido leer ya que esto impedía a la gente ser feliz y a aquel que lo hacía se lo tachaba de loco por pensar, así que espero que todos tengan un poquito de curiosidad y se queden paseando por el blog, tomen un libro de su biblioteca o se sienten a leer con sus hijos esta noche antes de ir a dormir. Y termino con una frase hallada en internet de la cual no encontré su autor y si alguien tiene el dato y me lo quiere hacer saber será muy bienvenido.

“La lectura nos abre las puertas del mundo que te atrevas a imaginar”

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